viernes, 16 de diciembre de 2011

Nada que en realidad me angustie, sólo una reflexión

A horas de comenzar el día de mi cumpleaños, escribo una especie de reflexión en cuanto a cómo han cambiado las cosas desde hace un par de meses.
No quiero ir muy atrás, ni escarbar muy profundo, aunque es probable que lo termine haciendo.
El tiempo se ha vuelto tan subjetivo para mí, casi no tengo consciencia de él, ni de mi paso a través del mismo, como si simplemente flotara, como si nada me tocara realmente porque estoy suspendida en una esfera que todo lo atraviesa.
Recuerdo que hace unos meses pensé que estarías conmigo este día, nunca supe muy bien qué papel estarías cumpliendo, pero en esos momentos lo único que me importaba era que al menos, estuvieras. Me da un poco de lata pensar que ya no estás... Osea, estás, pero a la vez no te haces presente y me da melancolía... No sé bien cómo describirlo, realmente pensé que sería más fácil. Ya no me angustio, ya no te extraño como lo solía hacer, ya no me desgarra ese sentimiento en el interior, pero... dejaste un fantasma, de lo que pudo ser, y de lo que no fue, una sensación de que ni siquiera quedó algo ínfimo. Todo se esfumó, ya no hay palabras, ya no es lo mismo, qué lástima que ni siquiera te quedaste en mi vida con otro rol. Esto me lleva a pensar que en realidad tal vez nunca fue tu intención. Otras personas de las que yo me he alejado por razones similares, han hecho algo por permanecer, hay una cierta disposición que nunca veré en ti, o al menos, hasta el momento no he visto. No estás, pero ahora creo que es porque no quieres estar. I always meant what I said, but I'm not sure you did the same.
Ojalá hubieras intentado permanecer aquí, siento el amargo sabor de saber que no hiciste un esfuerzo suficiente... De saber que nunca te importó. Sé que si leyeras esto o si te lo dijera directamente, lo desmentirías. Pero palabras no son hechos.